Fabián Caballero Vergara
Dirigente Sindical | Cientista Político | Candidato Constituyente Distrito 8 Región Metropolitana.
Desde nuestra labor sindical valoramos enormemente el rol de la juventud chilena que se ha movilizado desde el estallido social. Su ejemplo ha hecho un histórico llamado a superar la derrota de lo que ha sido el golpe de Estado, la dictadura militar y la resistencia al modelo económico neoliberal. Desde el primer día del estallido social, los sectores dominantes a través de sus policías y las FFAA han reprimido la iniciativa política de la juventud chilena con propósito de dejar fuera de la discusión constitucional todas las demandas sociales que nuestra juventud ha levantado.
La coyuntura iniciada el 18 de octubre de 2019 no ha terminado, la lucha continúa, los problemas aún no están resueltos, nos hemos vuelto a encontrar como pueblo unido detrás de grandes demandas, pero debemos profundizar esos aspectos, pues las conquistas importantes no se logran en una sola pelea. El llamado para todos/as los/as jóvenes del país es a seguir organizándose para luchar contra las injusticias neoliberales hoy disfrazadas de «acuerdo de paz”.
Debemos trabajar fuertemente, para que el estallido social se convierta en un movimiento popular organizado, con programa, con plataforma de lucha y con proyección de futuro, convertir el 18 de octubre en el despertar de los/as trabajadores/as y los pueblos de Chile.
Los/as jóvenes injustamente detenidos/as con acusaciones que han sido fabricadas en las oficinas de la inteligencia política de quienes dirigen el Estado y el gobierno, son presos/as políticos, no hay discusión en ello. Su detención es ilegal por no contar con garantías judiciales y democráticas en sus procesos. Lo que se busca perseguir y reprimir sus ideas y su derecho a construir un nuevo futuro y país.
El debate constitucional que se avecina no puede iniciarse con la juventud chilena encarcelada, las falsas acusaciones de las que han sido objeto deben ser amnistiadas y quienes ya han sido condenados, sus penas deben ser indultadas. De no ser así, estaríamos escribiendo un nuevo episodio de la historia política de nuestro país con sus protagonistas perseguidos, encarcelados y condenados injustamente.