“La vieja política o una vieja en política”, el dilema en el gobierno del alcalde Tomás Vodanovic

El “mundo es un pañuelo”, es una frase antigua que utilizamos para indicar nuestra sorpresa al encontrarnos con alguien de improviso e incluso toparnos con una misma persona en distintos lugares y, de ese modo, señalamos que el mundo es mucho más pequeño de lo que realmente creíamos. Eso es lo que le pasa al “Clan Silva-Aliaga” unos viejos en política que se re-inventan y los encontramos permanentemente en distintos lugares, pero siempre los mismos ligados a la municipalidad de Maipú.

Según se comentan en la municipalidad, el ex eterno candidato a concejal del PS Marco Barrales y otro militante de apellido Peñaloza Velázquez y Jorge Garrido (ex candidato alcalde por Maipú) se encuentran en tratativas para su ingreso a la gestión municipal de Vodanovic, una gestión cuya filosofía es renegar permanentemente de “la vieja política”. Sin embargo, se comenta que por expresa instrucción del alcalde a su jefe de gabinete, Carlos Pizarro quien lleva las negociones con esta facción de partido socialista, se alistan para su arribo al municipio de Maipú.

Esa vieja práctica en política y “modus operandi” se repite como un ciclo, “tú me das, y yo te doy el voto”, una forma de cuadrar el voto de Carolina Silva en un concejo municipal cada vez más esquivo, ante una gestión que no tiene y carece de un plan de gobierno, una especie de nave a la deriva, que es incapaz de articular una gestión municipal en favor de la calidad de vida de los maipucinos.

Un viejo asesor contaba que exconcejal Marcela Silva (hermana de Carolina Silva) se le conocía por su destreza para este tipo de negociaciones, y por la hegemonía que tenía esta concejala en el departamento de Cultura Municipal y el Área de la Salud Municipal, el primero controlado por Bárbara Aliaga su cuñada, y el segundo, por José Bernardo Latorres Salas y Dra. Ana Ramos. Inclusive Latorres llego a presidir el Sindicato de los Trabajadores a Honorarios del Municipio lo que le valió un poder adicional. Según cercanos a este grupo, esta mantuvo estrechos vínculos con el operador político de exalcalde Undurraga, Juan Carlos Peralta, y siempre apelaba y le recordaba la frase que las: “alianzas y confianzas deben cuidarse…”  y lo llamaba permanentemente para recordarle cumplir los acuerdos alcanzados. Esta práctica le reporto un staff de colaboradores trabajando para la concejalía, que tenía un costo municipal cercano a los 25 millones mensuales, fuera de los múltiples medios de apoyo que la gestión municipal le proporcionaba. Entre los apadrinados por la concejala se recuerdan nombres como, Eduardo Bermudez Romero, Magali Henríquez, Claudio Vera, Bianca Moraga, Jorge Garrido, Peñaloza, Ramos, etc.

Por eso, está “Vieja Política” y las “viejas prácticas en la política” siguen intactas y vigentes en una gestión inerte e incapaz de hacerse cargo de sus propios dichos. Por ello, en los próximos días veremos que los nombres se repiten, como en un ciclo que se repite: “comenzar, seguir, volver empezar” como las manecillas de un reloj…. Y como dice esa antigua frase, “la vida es un pañuelo” ……y aquí están de nuevo….