El reciente silencio de Tomás Vodanovic, alcalde de Maipú, frente al caso Monsalve y otras situaciones polémicas que han dejado entrampado al gobierno plantea serias dudas sobre la verdadera esencia del Frente Amplio y su supuesta defensa de derechos. En un contexto en el que los líderes de su coalición han alzado la voz con fuerza en temas de diversidad y equidad, la falta de un pronunciamiento claro genera cuestionamientos sobre si esos principios realmente rigen en todas las instancias o solo cuando conviene políticamente.
El Frente Amplio, que ha enarbolado históricamente banderas de lucha en defensa de los derechos LGBT y de las mujeres, parece haber optado por un silencio estratégico en este caso, especialmente en figuras clave como Vodanovic, miembro de la misma coalición del presidente. Esta actitud ambigua alimenta la percepción de que algunos representantes del Frente Amplio no están dispuestos a enfrentar todas las problemáticas con la misma determinación.
Vodanovic, en tanto alcalde de Maipú y miembro de un sector político que se ha mostrado firme en la crítica de prácticas políticas tradicionales, tiene el deber de mostrarse transparente y coherente. Sin embargo, este silencio se percibe como una estrategia para evitar fricciones que pongan en riesgo su puesto en un año electoral, lo que podría considerarse un acto de conveniencia política más que de responsabilidad pública.
Como diría el dicho, «Dime con quién andas y te diré quién eres». ¿Es esta la clase de liderazgo que realmente merecen los maipucinos? La omisión selectiva de Vodanovic nos lleva a cuestionar si sus ideales son tan sólidos como promete o si simplemente se ajustan a sus propias prioridades y conveniencias. Este tipo de incongruencias es un recordatorio de que, más allá de los discursos, lo que define a un líder es su capacidad para actuar con consistencia y responsabilidad en todas las circunstancias.
